Basajaun elkartea ha puesto en marcha una cocina comunitaria en un ‘txoko’ del barrio donostiarra de Herrera donde prepara menús para llevar con productos locales, ecológicos y de temporada
09·11·24 | 08:26
Maren Hernández Díaz, Unax Intxausti, Aitor Miraya Alonso y Javier Loro, en las cocinas del hogar del jubilado de Herrera. Javi Colmenero
En Euskadi hay más de mil sociedades gastronómicas, pero la mayoría de ellas están infrautilizadas, ya que apenas se utilizan entre semana. Con la idea de reinventarlas y dotarlas de un nuevo uso, Basajaun Elkartea ha puesto en marcha una cocina comunitaria en el barrio donostiarra de Herrera, donde prepara menús del día para llevar para sus socios siempre a partir de productos locales y de temporada. Todo el beneficio económico, además, lo reparten entre la propia comunidad a través de diferentes acciones, como las raciones de comida que preparan cada miércoles para Kaleko afari solidarioak.
“Se trata, por un lado, de un servicio comunitario de cocina para que la gente que lo necesite no caiga en el lucro privado e invierta en la comunidad, y, por otro lado, crear esa comunidad, ya que acabas hablando con el comercio, con las tiendas pequeñas y con las propias sociedades gastronómicas”, explican Aitor Miraya Alonso y Unax Intxausti, organizadores de esta iniciativa que comenzó en el hogar del jubilado Aterpea de Herrera y que ya se ha extendido a la sociedad Marruma de Gros y a la tienda-obrador Zituene de Errenteria.
“Hay una función de cuidados importante. Que las responsabilidades sean de la comunidad”
Aitor Miraya Alonso – Basajaun Elkartea
Los socios de Basajaun pueden recoger semanalmente en cada uno de estos tres puntos sus menús (básico, vegetariano o completo), formados por cuatro u ocho táperes, según su elección, y que previamente han escogido entre las opciones disponibles esa semana. “Una vez sabemos lo que han pedido, podemos organizarlo y comprar justo lo que necesitamos. Así, aprovechamos todo el alimento y llegamos al desperdicio cero, que es como se hacía antes en las casas. Se trata de respetar el alimento, no solo el sabor y el kilómetro cero, y gracias a ello los productos de temporada llegan de una manera más rentable a las casas”, explica Unax.
Con el uso del producto de temporada, además, inciden en la educación alimentaria de los socios, enseñándoles, por ejemplo, que las ensaladas que preparan no llevan tomate en febrero porque este no crece durante ese mes. “Ahora mismo, el 90% de la verdura que utilizamos es local, pero hay un 10%, sobre todo ajos, cebolla y zanahoria, que no encontramos en Gipuzkoa y que cogemos en Navarra”, explica Aitor.
Unax y Aitor con las raciones ya preparadas en el hogar del jubilado de Herrera. Javi Colmenero
Asimismo, cada año organizan una asamblea general en la que deciden sobre qué producto poner el foco en cada ocasión. De este modo, desde el primer año se ha conseguido que el 100% de la legumbre sea ecológica y local, y desde el segundo la pasta es artesana y ecológica gracias al labrador de Zikuene y la harina molida llega de Navarra. Este año, por su parte, han comenzado a usar aceite de colza ecológico de Agurain, y la leche procede de Igeldo.
Todas las raciones que preparan las sirven, además, en táperes reutilizables que cada socio devuelve semanalmente. Estos se limpian y desinfectan para un nuevo uso y, de este modo, reducen la utilización de envases de plástico desechables.
Crear comunidad
A ello hay que sumar el aspecto comunitario de la iniciativa, quizás el objetivo más complicado de conseguir. “Pedimos al socio que sea participativo y que vaya a cada evento que se organice. Queremos que sea una cocina abierta al barrio. No somos un sitio en el que venir, coger el táper e irse a casa. Queremos que nos conozcamos porque detrás hay una función de cuidados muy importante y que cuando una persona sea mayor o esté pasando un mal momento no caiga su peso sobre otra persona, principalmente una mujer, sino que sea una responsabilidad de la comunidad”, explican sus responsables.
Todo el beneficio económico que consiguen lo destinan, además, a diferentes acciones que escogen los propios socios, como las 120 raciones que preparan cada miércoles para las personas sin hogar de Egia y la Parte Vieja de la mano de Kaleko afari solidarioak. “Cuando empezamos a hacer el reparto en Gros coincidimos con ellos, vimos el problema que hay en la ciudad y acabamos ayudando. Nos interesan hacer cosas en comunidad, en los eventos festivos y en los problemas de los barrios”, apunta Unax.
“Se trata de respetar el alimento y que los productos de temporada lleguen a las casas”
Unax Intxausti – Basajaun Elkartea
Por el momento, la asociación cuenta con 90 socios, están en funcionamiento los nodos de Gros y Errenteria y trabajan en la puesta en marcha de otros dos en Intxaurrondo y Egia. Asimismo, tratan de construir una confederación de cocinas comunitarias en el territorio basada en el apoyo mutuo. “No tiene mucho sentido que desde Herrera cocinemos, por ejemplo, para socios en Lazkao, donde no conozco su realidad. Es mejor que se organicen ellos y nosotros les dotamos de las herramientas que ya tenemos para que lo pongan en marcha”, explican.
Del mismo modo, hacen un llamamiento para que la gente pruebe y se haga socia, al menos durante un tiempo. “Hay gente que ha oído hablar de nosotros, pero no se atreve a dar el paso. El pedido se hace de una manera tranquila, mirando las opciones disponibles desde casa con pausa, y eso te permite organizarte mucho mejor. Es una manera nueva, que al principio cuesta entender, pero que te abre las puertas a probar otras cosas. Si vas fuera de casa y te dan a elegir entre una lasaña y unas alcachofas, seguramente elijas la lasaña, pero organizando tu alimentación fuera de un impulso de consumo, puede que cojas las alcachofas”, concluyen.
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